El momento oportuno para realizar una operación cesárea.
Vamos a tratar de analizar algunos aspectos claves en relación a la operación cesárea y cuál debe ser el mejor momento para realizarla.
Distinguiremos dos universos distintos y cuál es nuestra obligación de estricto cumplimiento en el momento de tomar esa decisión:
¿Se trata de la primera cesárea o es una repetición de esa intervención quirúrgica ?
Nuestra responsabilidad consiste en asegurar el bienestar de la madre y su bebé. Es decir son dos personas que tenemos que proteger .
Existen dos conceptos claves: Operación cesárea ante-parto y operación cesárea intra-parto.
Salvo contadas excepciones, la operación cesárea debe realizarse en pleno trabajo o labor de parto. La madre debe tener contracciones rítmicas y regulares y tener cambios de dilatación del cuello del útero superiores a los 4-5 centímetros de dilatación.
Felizmente son contadas las situaciones en las cuales es imprescindible realizar una cesárea ante-parto, por ejemplo: La existencia comprobada de una Placenta Previa Oclusiva Total o una placenta previa sangrante. El escenario de una cesárea antes del inicio del franco trabajo de parto es el peor. En esas circunstancias ni la madre ni su cría, están completamente preparados para el evento del nacimiento.
Cuando hablamos de la primera cesárea resulta obvio entender que debe hacerse cuando se demuestra de manera clara, que a pesar del progreso de la labor, por ejemplo alcanzando la dilatación completa y la etapa de los pujos, por diversas razones el bebé no consigue nacer espontáneamente . Es menos evidente cuando nos referimos a la cesárea a repetición. Los beneficios para la madre y su bebé de una intervención quirúrgica en pleno trabajo de parto en los casos de la existencia de una o dos cesáreas exteriores son inmensos.
1. El que da la señal de venir al mundo es el bebé . Lo hace cuanto está listo para ese evento. El que «golpea la puerta» es el, no su madre y bajo ninguna circunstancia los médicos.
2. Cuando el trabajo de parto se inicia de manera clara y contundente todos los órganos del feto están completamente preparados para su vida extrauterina en el embarazo de termino.
3. Durante las horas del trabajo de parto, las contracciones regulares del útero constituyen un perfecto ejercicio respiratorio que le permite al feto preparar sus pulmones para la respiración fuera del vientre de su madre. Cada contracción uterina, representa un periodo de hipoxia, es decir de importante falta de oxígeno a través de la circulación útero-placentaria. Durante el tiempo que dura cada contracción, el bebé se estresa, recibe menos oxígeno y libera hormonas de stress, como la Adrenalina y la Noradrenalina, que le permiten sintetizar o producir enormes cantidades de surfactante pulmonar, es decir de un fosfolipido, que jugará un rol clave en la expansión de sus pulmones, al momento de realizar las primeras inspiraciones cuando nazca. El feto, no sólo está preparado para dicha hipoxia, sino que además, la necesita para su adaptación a la vida fuera del vientre de su madre. Se evita de esa manera un síndrome respiratorio muy frecuente que se presenta en la cesárea ante-parto, llamado Síndrome de Distress Pulmonar Transitorio del Recién Nacido. Con ese Distress es imposible evitar que el recién nacido permanezca durante varias horas en una incubadora, hasta que su respiración se «estabilice» con todos los riesgos que ello implica.
Dicho de otra manera: las contracciones regulares de las horas del trabajo de parto, constituyen la mejor prevención del Síndrome de Distress Pulmoran Transitorio del Recién Nacido.
4. Cuando se ha permitido el avance del proceso del trabajo de parto, el bebé va cumpliendo con precisión perfecta, todos los ciclos y eventos que le permitirán encontrar el seno de su madre e iniciar espontáneamente la lactancia materna, durante la primera hora de vida. En la naturaleza cada etapa superada conduce a la siguiente. Es una cascada de eventos que se van dando solamente cuando el paso anterior ya se cumplió.
Los bebés que vivieron el en vientre de su madre las horas del trabajo de parto, son ostensiblemente más exitosos y hábiles de iniciar la lactancia materna y presentan un riesgo sumamente menor de presentar alergias y trastornos respiratorios como Bronquiolitis y Asma Bronquial durante sus vidas.
5. Cuando realizamos una operación cesárea durante el trabajo de parto o labor de parto, la extracción de la cabeza o de la nalga, es decir del polo fetal que se presenta, es para nosotros los ginecólogos obstetras, substancialmente más fácil.
El encajamiento del polo que se presenta permite su extracción de manera más fácil, con una simple maniobra de palanca, disminuyendo de manera enorme, los riesgos de trauma fetal y/o materno. Cuando la cesárea se realiza antes de la labor de parto, la parte que se presenta sobre el estrecho superior de la pelvis de la madre, cabeza o pelvis fetal, se encuentra en una postura indiferente, mucho más arriba («flotando»), lo que obliga al equipo a cargo de la cirugía a realizar por lo general maniobras bruscas e intensas, con el mayor riesgo de producir un daño al bebé y/o a su madre .
6. La pérdida de sangre de la madre en una cesárea intra-parto es substancialmente menor en comparación con el sangrado que se produce durante la operación cesárea que se realiza antes del inicio del trabajo de parto espontáneo. Las contracciones regulares del útero durante las horas en que transcurre el proceso del parto, van adelgazando, afinando el llamado segmento inferior del útero (la zona en la que debe hacerse el corte quirúrgico para extraer al bebé), de manera que el sangrado que se produce luego de dicha abertura es marcadamente menor.
Dicho evento ahorra pérdida innecesaria de sangre y permite utilizar una menor cantidad de hilos de sutura . Al utilizar una menor cantidad de cuerpo extraño , la recuperación post-quirúrgica de la madre es más rápida y con mucho menos dolor.
7. Si la madre tuvo la oportunidad de vivir las horas de trabajo de parto , ojalá libre de medicamentos e intervenciones innecesarias, su cuerpo y sus hormonas se preparan mejor para las siguientes etapas, como por ejemplo la adecuada y oportuna producción de leche para su bebé. El vínculo con su bebé y el contacto piel con piel es para ella mucho más fácil.
8. Cuando se permitió que la mujer viva el proceso de la labor de parto, su cuerpo se pudo preparar mucho mejor para la etapa del puerperio. No solo la lactancia es más fluida y fácil, sino que también la retracción del útero luego de extraída la placenta. Con ella se evita el sangrado mucho más abundante que se produce en la cesárea realizada antes del desencadenamiento del proceso del parto.
9. Si la operación cesárea se realiza de manera «programada», es decir antes del comienzo del trabajo de parto, aumentan las posibilidades de tener un bebé prematuro. La etapa del Término del Embarazo, es aquella que ocurre entre las semanas 37 hasta la 42.
Por lo general el parto se desencadena alrededor de la semana 40. En el caso de las nulíparas, es decir de aquellas mujeres que nunca tuvieron un parto normal, el parto se inicia espontáneamente aún más tarde, hacia la semana 41. Cuando se realiza una cesárea programada antes sel inicio del parto, se pueden cometer errores de cálculo y hacerla por ejemplo, en las 37-38 semanas. Agregado al hecho de que a ese bebe aún le faltan 3-4 semanas para completar su proceso de preparación para la vida extrauterina y la ausencia de contracciones que le generen el estrés necesario para la óptima maduración pulmonar, las posibilidades de presentar un Distress Respiratorio Transitorio o también el llamado «pulmón húmedo», aumentan drásticamente .
Finalmente es imprescindible insistir en que si la cesárea se tuvo que realizar de todas maneras, debe demorarse al menos tres minutos antes de cortar el cordón umbilical. El recién nacido debe ser colocado inmediatamente en sus brazos, de manera que mientras transcurre el acto quirúrgico y después de finalizado el recién nacido permanezca en íntimo contacto visual y físico con sus padres.
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